Terapia para el control de ansiedad

La ansiedad es la más común y universal de las emociones. Reacción de tensión sin causa aparente, más difusa y menos focalizada que los miedos y las fobias. La reacción emocional ante un peligro o amenaza se manifiesta mediante un conjunto de respuestas tanto fisiológicas, cognitivas y conductuales.

Podemos definir las respuestas de ansiedad como reacciones defensivas e instantáneas ante el peligro. Estas respuestas, ante situaciones que comprometen la seguridad del sujeto, son adaptativas para la especie humana. Significa esto que ejerce una función protectora de los seres humanos. El ser humano durante miles de años se ha tenido que enfrentar a infinidad de peligros; cuando estos se presentaban, las respuestas más eficaces para preservar la integridad del sujeto eran dos: LA HUIDA O LA LUCHA.

Los mecanismos, psicofisiológicos humanos, que preparan para la huida o la lucha (respuestas de ansiedad) han cumplido un eficaz papel a lo largo de los tiempos. El problema es que el ser humano ya no tiene que enfrentarse con animales que corren detrás de él para convertirlo en su cena; en cambio otros muchos agentes estresantes le rodean y le acompañan a lo largo de su existencia, haciendo que el fantasma del peligro le aceche detrás de cualquier situación inofensiva.

Cuando llega la ansiedad se dispara la alarma interna, se dispara sin haber nada aparente para ello. La ansiedad tiene la peculiaridad de amplificar todo lo negativo; por lo tanto, la ansiedad sería un amplificador de todo lo malo, pudiendo incluso hacer que veamos, escuchamos y percibamos cosas inexistentes. Los músculos esqueléticos normalmente los movemos de forma voluntaria, al contrario los músculos lisos, al igual que los órganos internos funcionan de forma automática, siendo interferido su correcto funcionamiento por la ansiedad. La ansiedad interfiere el correcto funcionamiento del cuerpo y de la mente.

¿Cómo funciona el mecanismo de la ansiedad?

“En el caso de los trastornos de ansiedad, la respuesta de miedo funciona como un dispositivo antirrobo defectuoso, que se activa y previene de un peligro inexistente. Precisamente el ser humano actual está abocado a abordar el fascinante problema de cómo controlar los aspectos perjudiciales de las respuestas de miedo (que se pueden manifestar psicopatológicamente en forma de trastornos fóbicos y de ansiedad) conservando, sin embargo sus beneficios protectores”. (Enrique Echeburúa).