4. JUEGO PATOLÓGICO:
Existe un gran número de personas para las que jugar es el centro de sus vidas, fracasando, al menos aparentemente, en todos los intentos de resistir el impulso de hacerlo. Como consecuencia de ello, se dañan seriamente sus relaciones familiares, laborales, personales y de cualquier otro tipo. Estas personas «padecen» o al menos se ha conceptualizado como tal, una enfermedad psicológica denominada juego patológico o compulsivo y se les conoce como ludópatas.
El juego patológico es un trastorno del control de los impulsos cuya característica esencial es un comportamiento de juego desadaptativo y persistente que altera la continuidad de la vida personal, familiar y profesional.
La persona que padece este trastorno puede estar preocupada por el juego (reviviendo experiencias pasadas de juego, planificando próximas aventuras de juego o pensando en la forma de conseguir dinero para seguir jugando). Muchos de estos individuos dicen buscar «acción» (estado de euforia) más que dinero.
Criterios diagnósticos DSM-IV:
A. Conducta de juego perjudicial y recurrente, caracterizada al menos por cinco de los siguientes síntomas:
1. Preocupación frecuente por jugar.
2. Existe la necesidad de aumentar la magnitud o la frecuencia de las apuestas para conseguir la excitación deseada.
3. Intentos repetidos sin éxito para controlar, reducir o parar el juego.
4. Intranquilidad o irritabilidad cuando se intenta reducir o parar el juego.
5. El juego como estrategia para escapar de problemas, o para mitigar un estado de ánimo deprimido o disfórico.
6. Después de perder dinero en el juego, vuelta al día siguiente para intentar recuperarlo.
7. Mentiras a miembros de la familia, terapeutas u otros, para ocultar el grado de importancia del juego.
8. Comisión de actos ilegales como: fraude, falsificación, robo o desfalco, para poder financiar el juego.
9. Arriesgar o perder una relación de importancia, trabajo, u oportunidad escolar o laboral a causa del juego.
10. Se confía en que los demás proporcionen dinero que alivie la desesperada situación financiera causada por el juego.
B. La conducta de juego no se encuentra asociada a un episodio maníaco.